Desarrollo Académico Lingüístico
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Mi niño aun no habla

Redacción



Si le preocupa el desarrollo del habla y del lenguaje de su hijo, he aquí algunos de los aspectos en que se debería fijar. Un lactante que no reacciona al sonido o que no vocaliza sería un buen motivo de preocupación.

Entre los 12 y los 24 meses, algunos posibles motivos de preocupación serían los siguientes:

con 12 meses, no utiliza gestos, como señalar o despedirse con la mano

con 18 meses, prefiere comunicarse con gestos en lugar de con vocalizaciones

con 18 meses, tiene dificultades para imitar sonidos, tiene dificultades para entender peticiones verbales simples

Solicite una evaluación por parte de un profesional si un niño de más de 2 años:

solo imita el habla o los actos ajenos pero no genera palabras o frases de forma espontánea

solo emite determinados sonidos o palabras de forma repetida y no puede utilizar el lenguaje oral para comunicar más que sus necesidades inmediatas

no puede seguir instrucciones simples tiene un tono de voz extraño o una pronunciación extraña (roncos o nasales, por ejemplo)

cuesta más entenderle de lo que sería esperable por su edad. 

Los padres y los cuidadores habituales deberían entender la mitad de lo que dice un niño de 2 años y aproximadamente tres

cuartas partes de lo que dice uno de 3 años. Con 4 años, a un niño se le debería entender prácticamente todo, incluso cuando hable a personas que no lo conocen.

Causas del retraso del habla o del lenguaje

Hay muchos aspectos que pueden provocar retrasos en el desarrollo del habla y del lenguaje. Los retrasos del habla en un niño que en otros ámbitos se desarrolla con normalidad pueden obedecer a problemas relacionados con el aparato fonador, como alteraciones en la lengua o en el paladar.
Un frenillo corto (el pliegue que hay debajo de la lengua) puede limitar los movimientos linguales para la producción del habla.

Muchos niños con retrasos del habla tienen problemas orales motores, lo que implica la existencia de una comunicación ineficaz en las áreas cerebrales responsables de la producción del habla.
El niño puede tener dificultades al utilizar y coordinar los labios, la lengua y la mandíbula para producir los sonidos del habla.
El habla puede ser el único ámbito afectado o bien los problemas en el habla pueden ir acompañados de otros problemas orales motores, como las dificultades para alimentarse.
El retraso del habla también puede ser una parte (en vez de indicar) de un problema más "global" (o general) de un retraso del desarrollo.Los problemas auditivos también pueden estar relacionados con los retrasos del habla.

Por este motivo, cuando a un padre le preocupa el habla de su hijo, debería llevarlo a un audiólogo para que le evalúe la audición. Un niño con problemas auditivos puede tener problemas para articular, así como para entender, imitar y utilizar el lenguaje.Las infecciones de oído (u otitis), sobre todo las de carácter crónico, pueden repercutir sobre la capacidad auditiva de un niño.
De todos modos, las infecciones de oído que reciben un tratamiento adecuado y se curan bien no deberían tener ningún efecto sobre el habla del niño. Y, siempre que exista una audición normal en por lo menos un oído, tanto el habla como el lenguaje se pueden desarrollar con normalidad.